UN GUIA TURISTICO SIN IGUAL

Hoy, dia de relax y poca actividad, poco poco nos dejamos llevar por el ritmo pseudo hippy del lugar y se nos pasan las horas casi sin darnos cuenta. Se nos caia la cara de verguenza ( tampoco estos senyores tienen los puntitos de la U, o dieresis) si no visitamos un templo que esta a 100 metros del hotel y por cuya puerta pasamos a cada rato, ademas por el modico precio de 2 rupias por persona ( al cambio unos 6 centimos de euro), pasamos un rato entre dioses Indus, fieles peregrinos y un estupendo y espontaneo guia local, que intenta explicarnos en perfecto ingles imperial, toda la genealogia de Brahma y sus cientos de advocaciones. Para ilustrar su estupendo cursillo teologico, el caballero se pertrecha de unos cromos del bollicao de dioses en todos los colores. A la salida una joven elefanta de 20 anyos y de muy buen ver, nos bendice arreglandonos el tocado con su trompa, en un gesto que igual hace un millon de veces al dia (todo grabado en video). Nos despedimos del guia que, agotado debe volver a casa para hacer los deberes ( a sus 10 anyos de edad es lo que toca).
El dia pasa en un paseo hasta un restaurant y sobremesa, por la tarde, intentaremos ver la puesta de sol desde un cerro proximo, ha salido el sol y puede que hoy sea el dia de atardecer sin nubes...
Curioso lugar este donde cada dia que pasa nos juntamos mas guiris y las calles son un continuo de tiendecitas de ropa de colores, postales y restaurants. Solo 300 m mas lejos, India en su salsa:La rivera del rio que orgulloso sigue creciendo bien nutrido por las lluvias del oeste, se llenan de colores que visten a gentes. Estas, con higiene bien interiorizada, se empenyan en asearse y lavar su ropa en aguas marrones. Vacas a su rollo, y crios jugando por las calles sin miedos a microbios, manchas o malvados hombres del saco. La luz de sol, a ratos filtrada entre las nubes, pone un color diferente a cada ratito y contrasta el marron del rio con el verde del palmeral y el rojo de las colinas.
Una pena dejar este rinconcito paradisiaco pero seguro que otros nos esperan,no menos atractivos. Otro dia, a otra hora tambien hablaremos de miseria, que la hay y no poca.
Ahora quede mejor un buen regusto, de la piedra humeda tras la lluvia y recalentada por el sol, un te con menta y las bendiciones de mas dioses de los que nuestro conocimiento es capaz de entender.

Besos y abrazos

Mariona-Carlos-Lara-Nacho